El cáncer y la diabetes representan graves problemas de salud pública en México, al ser dos de las principales causas de mortalidad y deterioro en la calidad de vida. Estas enfermedades no solo afectan a millones de personas en el país, sino que también imponen una carga considerable sobre el sistema de salud. En este ensayo se aborda la situación actual de ambas enfermedades, sus factores de riesgo y las estrategias de prevención y control implementadas, alineadas con el propósito de Estudio JC HealthCare Shop de promover el bienestar y la concientización en salud.
LA REALIDAD DEL CÁNCER EN MÉXICO
En México, el cáncer se ha posicionado como la tercera causa de muerte, con más de 88,000 fallecimientos registrados en 2022. La mayoría de los casos corresponden a cáncer de mama y cervicouterino en mujeres, y de próstata en hombres, lo que destaca la necesidad de implementar programas de prevención específicos y de detección temprana. Sin embargo, aproximadamente el 66% de los diagnósticos de cáncer de mama ocurren en etapas avanzadas, lo que dificulta el tratamiento y reduce las probabilidades de supervivencia. El acceso desigual a servicios de salud de calidad es uno de los mayores desafíos. En un esfuerzo por mejorar la detección temprana, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) ha implementado centros de telerradiología para mastografías en ciudades clave, permitiendo diagnósticos más oportunos en zonas alejadas. Sin embargo, la disparidad en el acceso a estos servicios aún afecta principalmente a personas de bajos recursos y de áreas rurales, limitando las posibilidades de un diagnóstico y tratamiento oportunos.
LA EPIDEMIA DE LA DIABETES EN MÉXICO
La diabetes es la segunda causa de muerte en el país, afectando a más de 12 millones de personas y causando alrededor de 55,885 fallecimientos en 2022. La prevalencia de la diabetes tipo 2 se ha incrementado debido a factores como el sedentarismo, la dieta alta en grasas y azúcares, y la obesidad, esta última presente en más del 70% de la población adulta. Las comorbilidades comunes, como la hipertensión arterial y la enfermedad renal crónica, complican aún más la situación, sobrecargando el sistema de salud.
En cuanto a los hábitos de autocuidado, solo el 36.6% de los pacientes se someten a revisiones periódicas de sus niveles de glucosa, y un porcentaje aún menor mantiene un control adecuado sobre su condición. Los esfuerzos de la Secretaría de Salud, mediante el Sistema de Vigilancia Epidemiológica Hospitalaria de Diabetes Mellitus Tipo 2, buscan mejorar la calidad de la atención y el monitoreo de estos pacientes, especialmente en aquellos que presentan complicaciones adicionales como pie diabético y problemas de visión.
ESTRATEGIAS PARA LA PREVENCIÓN Y EL CONTROL DE ENFERMEDADES CRÓNICAS
Las políticas públicas y los programas de salud actuales en México se centran en la educación, la prevención y el diagnóstico temprano como pilares fundamentales para combatir tanto el cáncer como la diabetes. La promoción de la alfabetización en salud en jóvenes y adultos es clave, ya que facilita la toma de decisiones informadas sobre estilos de vida saludables y autocuidado.
En cuanto a la diabetes, los programas de educación nutricional y la promoción de la actividad física tienen un papel crucial en la reducción de los factores de riesgo. La Secretaría de Salud ha resaltado la importancia de un enfoque de prevención primaria que incluya la modificación de la dieta, el ejercicio regular y la eliminación de hábitos nocivos como el tabaquismo y el consumo excesivo de alcohol.
Para el cáncer, la detección temprana es esencial. Programas como el de Prevención y Control del Cáncer de Mama implementado por el IMSS incluyen centros especializados y campañas de sensibilización para promover las pruebas de tamizaje en mujeres mayores de 40 años. Asimismo, la implementación de tecnologías como la telerradiología está mejorando el acceso a pruebas diagnósticas en zonas remotas, aunque el alcance sigue siendo limitado.
CONCLUSIÓN
El cáncer y la diabetes plantean desafíos significativos para la salud pública en México, exacerbados por la desigualdad en el acceso a servicios de salud y el control de factores de riesgo. Para mejorar la calidad de vida de los pacientes y reducir la carga sobre el sistema de salud, es fundamental fortalecer los programas de prevención y educación en salud, así como ampliar el acceso a diagnósticos tempranos y tratamientos oportunos. La colaboración entre el sector público y privado, junto con la innovación en tecnología médica, puede ser la clave para enfrentar estas enfermedades y avanzar hacia un México más saludable y consciente de su bienestar.